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Desde hace un tiempo, muchas marcas de lujo han actualizado sus modelos fetiche con un toque cartoon. ¿A qué me refiero? La sensación es que han inflado sus bolsos, su calzado y hasta sus gafas para que tengan un aspecto más voluminoso, como los zapatos de Mickey Mouse, y a la vez más suave… sí porque suelen ser accesorios o prendas en cuero napa, ese cuero cuya textura parece mantequilla ‘fácil de untar’. Un ejemplo: la archiviral bomber de cuero de Loewe de la temporada de otoño-invierno que lució Kendall Jenner y rompió TikTok (disponible actualmente en la web). Otro: los mocasines agotadísimos de Prada, pero en su nueva versión ultraciclada. Sí, son como el modelo anterior, pero después de pasar por unas clases de musculación intensivas. Más ejemplos: los bolsos de Bottega Veneta, ideados por el hoy ex director creativo de la casa, Daniel Lee, cuyo atractivo es que parecen inflados.

El efecto deseado es sin duda trasmitir una sensación mullida o suave, incluso antes de tocarlos. Y si no, que se lo digan a este último creador, que comercializó una cartera XXL cuyo nombre es Pillow Pouch, cuesta 1200 euros y es exactamente lo que su nombre indica… una almohada o cojín, de piel de oveja, con cremallera para usar a modo de bolso de mano.

Algunos críticos de moda aseguran que las firmas quieren hacer alusión a la inflación actual con un sutil juego de palabras. Pero mezclar las penurias de la economía global con accesorios de lujo de más de 1000 euros quizás no sea del todo acertado. Para entender que el mensaje subliminal que nos llega desde el fashion system es positivo, hay que mirar el desfile de Moschino de primaveraverano. El genial diseñador Jeremy Scott creó looks que llevaban elementos de flotadores para niños. Desde flamencos hasta tortugas, pasando por cebras, que no estarían fuera de lugar en la piscina de un hotel caribeño de pulsera ‘todo incluido’. Según explicó él mismo a los medios, no paraba de oír la palabra inflation (inflación en inglés) a su alrededor, y decidió darle su propia interpretación, pero con un plot twist. Sus vestidos de noche con flotadores incluidos llegan para salvarnos. Como todos sus ya míticos desfiles, los looks hay que entenderlos en clave de humor. Los detalles de manguitos en forma de delfines y flotadores de cisne son para impedir que nos hundamos en la negatividad de las noticias que nos inundan a diario. Hasta ha creado una chaqueta usando un chaleco salvavidas (ojalá debajo de nuestros asientos) y ha diseñado una bomber hinchable color rosa chicle. Nota al consumidor: el compresor de aire no viene incluido.

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